El salmista se pregunta en el Salmo 8:4 ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, y el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?  Cuando el salmista hace esta pregunta está intentando  ver al hombre a la luz de la grandeza y soberanía de DIOS, desde esa perspectiva somos menos que nada, solo polvo que se lleva el viento, soplo que hoy es y mañana no existe.

Aunque somos “nada” al ser comparados a la luz de la grandeza del creador, DIOS nos considera lo más grande y especial de su creación, pues no somos vistos por EL, como criaturas inferiores, sino que el mismo salmista señala en el versículo 5 del mismo salmo: Que fuimos creados sólo un “poquito” menor que los ángeles, los cuales son seres santos, de una inteligencia superior, y un poder extraordinario. Estos seres ven el rostro de DIOS, pues viven en su presencia a su servicio permanentemente.

Note que el texto bíblico  no dice que el hombre fue creado un poco superior a los “monos”, sino un poco menor a los ángeles, Gloria a DIOS por eso, que da paz a mis antepasados.  

El pecado dentro de las muchas desgracias que causa, también ha degradado el concepto del hombre con relación a su valía o autoestima. Muchos en la actualidad viven derrotados, mendigando el amor de alguien, con su vida girando a la luz de la opinión de los demás y todo esto por desconocer que fueron creados por DIOS, como seres superiores e inteligentes, para gloria de su nombre y para gobernar las obras de la creación de DIOS en este mundo.

El desconocimiento de esta verdad lleva a algunos a practicar cosas que son condenables y dañinas para su propia salud y cuerpo. Viven la vida haciendo cosas que su propia conciencia condena, sólo para ganar el favor y la aprobación de los demás.

Cuan lamentable es que el ser humano haya olvidado, que siempre ha contado con el favor de DIOS, pues ese favor y aceptación se le entregó al hombre en el momento de la creación, pues fue creado a imagen y semejanza no del Mono o del Toro, sino de DIOS mismo. Tenemos motivos suficientes para alabarlo en este mismo momento, no detengas tu alabanza y alaba a Dios, pues ÉL es tu creador.

La obra de CRISTO  hecha por ti en el calvario tiene la capacidad, no sólo de salvar tu alma de la condenación de la muerte, sino que su alcance afecta positivamente, tu concepto de ti mismo, (tu autoestima), pues ya no te ves a la luz de la realidad del pecado, de la pobreza, la falta de preparación académica, la enfermedad o tu condición actual, sino que ahora puedes verte a la luz del amor de tu creador, quien amándote tanto se entregó para morir en una cruz, con el propósito de que tú no te pierdas, sino que procediendo al arrepentimiento, tengas en JESUS salvación y vida eterna (Juan 3:16)

Si nos comparamos a la luz de la grandeza de DIOS, no somos nada; pero si nos vemos a la luz de su amor, somos lo más especial e importante de toda la creación, pues para DIOS somos el objeto supremo, sobre el cual ÉL ha puesto su mayor consideración.

Sin importar tu situación actual o el posible pasado que te ha marcado como consecuencia de los rechazos y maltratos que de otros humanos has recibido, como si no tuvieras ningún valor, levántate en este momento, recordando que JEHOVA tu creador se acuerda de ti y te tiene en cuenta, pues tu eres lo más especial para ÉL.

La especial creación de Dios

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