El salmo 42 es considerado como una súplica individual de parte de un desterrado, que anhela la presencia de JEHOVA, como se manifestaba en su tierra de palestina. “Como la cierva ansía las corrientes de agua, así anhela por ti oh DIOS, el alma mía” (Salmo 42:1).

El libro de los salmos se divide en cinco secciones y este salmo 42 es el que apertura la segunda sección del libro. La autoría de este salmo se le atribuye a Masquil uno de los hijos (descendientes) de Coré, quien fue el levita que encabezó una rebelión en contra de Moisés. Coré perdió su vida, pero sus descendientes permanecieron fieles a Dios y continuaron sirviéndolo en el templo. David designó hombres de la familia de Coré para que sirvieran como directores del coro y continuaron siendo los músicos del templo por cientos de años.

Se cree que este descendiente de Coré al escribir este Salmo estaba desterrado de su tierra y su mayor anhelo era la presencia de su DIOS como se manifestaba en el tabernáculo y posteriormente templo, por medio de la presencia de JEHOVA.

Permíteme hablarte del ciervo(a) al que se refiere el salmo 42, pues no es una persona sino un animal. En el término original empleado en el mismo, el género es femenino, por lo cual observas que he utilizado la palabra cierva, pues es lo que corresponde a la traducción Bíblica.

El ciervo del desierto presenta las siguientes características: Son tímidos, inseguros, acostumbran a moverse en manada siguiendo al líder, se escapan de la observación, les gusta la libertad, son listos, se escapan de los depredadores a las alturas para su seguridad, sus lugares de seguridad son los peñascos, desfiladeros y senderos peligrosos.

El ciervo hembra o la cierva, sube a los peñascos a parir sus crías y debe permanecer sola por algún tiempo alejada de la manada, sin la posibilidad de bajar a la llanura a suplir sus necesidades, ni a saciar su sed, producto de todo el proceso de parto y los días aislada en el cuido de su cría. En ese periodo la madre cierva requiere altísimas dosis de agua y mayormente cuando corre huyendo de sus cazadores. Una cierva sedienta, con la garganta seca, lanza su lamento ante el desierto árido, anhelando las frescas aguas de un arroyo. Con esta célebre imagen comienza el salmo 42, para expresar cuanto anhelaba el salmista la presencia de JEHOVA para saciar la sed de su alma.

El pecado al separarnos de DIOS ha producido una sed insaciable en el alma del hombre, estamos sedientos de dinero, de amor, de aceptación, de reconocimiento, de perdón y de gracia. El corazón del hombre está sediento y no puede ser saciado quedando este satisfecho con lo que ofrece este mundo, pues esas aguas solo pueden mitigar la sed temporal, es decir es como quien teniendo sed intenta tomarse la botella de agua a través de la pantalla, que ofrece el anuncio en la televisión.

Las aguas de este mundo están diseñadas para profundizar la sed del hombre, pues solo el agua que CRISTO ofrece tiene los nutrientes indispensables y necesarios para suplir la sed del alma y producir en el corazón del hombre no solo saciedad de su sed espiritual, emocional y física, sino que esta agua que CRISTO da, hacen que el corazón y vida del hombre se vuelva en una fuente de agua que salte y de vida a otros, no solo temporal sino eterna. No detengas tu alabanza y da gloria a DIOS por lo que se ha propuesto hacer en ti; UNA FUENTE QUE FLUYA PARA VIDA ETERNA.

Hoy es un día para suplicar la presencia de DIOS en nuestras vidas, pidiendo que supla nuestra sed con su agua de vida. JESÚS dijo: El que bebiere del agua que ofrece el mundo volverá a tener sed, más el que bebiere del agua que YO le daré, nunca jamás tendrá sed, sino que desde su interior mi agua hará de él un río inagotable que fluirá para él y para los que entren en contacto con él, como una fuente inagotable de vida eterna.

Si como la cierva sedienta que representada el salmo de hoy, está tu vida, JESÚS quien es la fuente inagotable de agua viva te ofrece gratuitamente saciar tu sed y el suspiro de tu alma con su presencia, pues como tierno pastor se ha propuesto que vivas en su paz, siendo una bendición de saciedad para otros.

Déjate llenar por tu pastor en este mismo instante y disfruta la bendición de ser en CRISTO un rió del cual fluya agua de VIDA ETERNA.

Jesús la fuente inagotable

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