Hoy entramos al versículo 5 del salmo 42, donde el salmista de la descendencia de Coré, Masquil, a quien se atribuye la autoría de este salmo, se hace una pregunta a sí mismo, es como quien habla con su propia alma o su propia persona, y lo interesante es que no solo se pregunta así sino que también se responde así mismo, observemos sus preguntas y sus respuestas contenidas en el versículo 5 de dicho salmo: ¿Por qué te abates o alma mía y te turbas dentro de mí? Espera en DIOS. Porque aun he de alabarlo. ¡Mi Salvador y mi DIOS!

Cuando pasamos por momentos profundos de aflicción, y parece que todo está perdido pues hemos sido abandonados por todos y hasta el “dios” del que nos hablaron nuestros padres y al cual hemos adorado, guarda una especie de silencio, al respecto de lo que nos está pasando y al dolor que estamos viviendo, nuestra alma se siente abatida y turbada.

Entonces en nuestra soledad comenzamos a encontrarnos con nosotros mismo, y a preguntarnos ¿Por qué?, E iniciamos una especie de monologo interno que en algunos momentos se hace audible pues en medio de nuestra aflicción balbuceamos con nuestros labios inconscientemente nuestros pensamientos, los cuales se vuelven sentimientos y palabras en nosotros mismos: ¿Por qué a mí?… que he hecho para que me esté pasando esta situación o problema?…Que mal hice para que me traten así? y comenzamos a auto compadecernos, y buscar explicaciones que no existen, pero insistimos en nuestros pensamientos porque queremos encontrar la razón o el porqué de nuestro dolor y de la actitud indiferente de los demás ante tu situación. No hay una explicación que justifique todo eso fuera del pecado, ese es obra de satanás para dañarte y de nadie más, pues él desea que vivas turbado para mantenerte derrotado.

En esos momentos difíciles que nos presenta la vida, no todo es malo, pues ellos nos permiten ver nuestra vulnerabilidad y fragilidad…Pues solo somos polvo que se lleva el viento…No somos nada fuera de JESUS. Pues hoy puedes tener salud, dinero, amigos y amor….Y mañana enfermedad, miseria, enemigos y desamor. Entiendes porque digo que no somos nada sin JESUS.

Nuestro ser interior nos engaña y nos hace creer que somos más que los demás: más hermosos, más inteligentes, más listos, más preparados, más especiales, por lo tanto somos merecedores de todo bien, por lo que algunos se consideran SER… Si te consideras más que los demás y merecedor de algún bien,… lamento tener que decepcionar y golpear tu estima propia…diciéndote que no eres NADA… fuera de JESUS, solo humo que molesta a los ojos y produce en el ambiente un olor desagradable. Pero no te decepciones con lo que te acabo de decir, porque puedes llegar a ser más y a tener más en DIOS… Más saciedad de tu alma,.. Más paz, cosa que no existe por sí misma en el corazón humano. Pero esa paz eso es el resultado de la gracia inmerecida de DIOS, por medio de JESUCRISTO, obrando en beneficio del vacío existencial del alma humana, y llenando todo su ser con su presencia.

¿Porque te abates o alma mía y te turbas?, se pregunta el salmista, para sí mismo. Su alma se abatía e inquietaba porque anhelaba la presencia de JEHOVA y su manifestación en su vida.

Te pregunto por qué está abatida e inquietada tu alma…en este momento…por dinero…trabajo…salud…amor o aceptación.- -posiblemente esté tu alma abatida y turbada,… por temor a lo desconocido… al resultado de los análisis médico que te van entregar…posiblemente tengas turbación por la decisión delicada que debes tomar respecto a tu vida o al rumbo que esta debe tomar.

Sin importar cuál sea la situación que produzca abatimiento o turbación en tu vida…No temas…No temas lo que tengas que enfrentar en este momento o en el transcurso de tu porvenir en este mundo…porque el salmista ante los cuestionamientos del abatimiento y turbación de su alma, se respondió con el antídoto o medicina que sana toda turbación, abatimiento, inquietud, angustia, o estrés.

El tratamiento que no falla y que sanó el alma abatida del salmista, se te ofrece gratuitamente a ti, en este mismo instante ahí donde estas. La medicina se llama ESPERAR…pensaras que me habré equivocado al dar el nombre del medicamento, pues no es así, pues esperar es su nombre…ESPERAR en JEHOVA… pacientemente… si espera pacientemente en JEHOVA y Él te oirá y se inclinará a ti, y a su debido momento te sacará de ese lodo de desesperación y angustia, tomándote y afirmando tus pies sobre roca firme y poniendo en tu boca una alabanza de gratitud a su Nombre.

Hoy en medio de tus angustias, abatimiento de espíritu, dolor y aparente encierro por las situaciones humanamente difíciles que estás pasando y las cuales tienes que enfrentar… a ti te invito a que en fe alabes a DIOS, y te digas para ti mismo e voz audible, con tal de que lo sepa tu alma: ESPERARÉ…ESPERARÉ…ante esta situación adversa y ante las realidades de mi vida que inquietan mi alma declaro: que DECIDO ESPERAR PACIENTEMENTE EN JEHOVA…repíteselo a tu alma una vez más… DECIDO ESPERAR PACIENTEMENTE EN JEHOVA.

Que DIOS mediante su ESPIRÍTU, ponga alabanza en tu boca y mientras esperas pacientemente en JEHOVA, que tu alma sea aquietada y llenada por su santa presencia poniendo en ti su PAZ pues JEHOVA es tu ¡SALVADOR y tu DIOS!

Espera en JEHOVA

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