El estudio del Salmo 23 nos lleva al versículo 4 donde el salmista, que está viviendo en ese momento, bajo la persecución constante del impío rey Saúl quien había dado a sus ejércitos orden de muerte contra David y este huyendo por preservar su vida, expresa: “Aunque ande en el valle sombrío de la muerte no temeré mal alguno. Porque JEHOVA está conmigo” (Salmo 23:4).
El temor a la muerte es un sentimiento que ha tomado posesión del mundo actual, vivimos a diario con el temor de quien está, en un valle sombrío de muerte, pues estamos permanentemente bajo la amenaza de muerte, del terrorismo internacional, las epidemias, enfermedades incurables, desastres naturales, calentamiento global, la caída de meteoritos, las guerras y amenaza de una tercera guerra mundial con bombas atómicas, la quiebra financiera, el fin del mundo, entre muchos otros temores.
Nuestro mundo es un gran valle sombrío de muerte. Pero el que tiene a JEHOVA como su Pastor y DIOS, entonces puede decir como el salmista David, aunque mi situación sea sombría y pareciera que cerca de mí danza la muerte, no temeré mal alguno, porque JEHOVA está conmigo.
En el año 1997, en una noche oscura vi la sombra de la muerte acercarse a mi persona, cuando me dirigía al templo en una moto, hacia una comunidad donde brindaba servicios como pastor de la congregación. Al llegar a dicho lugar, estando ya frente al templo, sentado en la moto, con ella encendida, dos jóvenes encapuchados y armados con machetes, me interceptaron, uno de ellos se paró frente a la moto y el otro se acercó a un servidor y con su brazo izquierdo rodeó mi pecho y con el derecho en el cual tenía el machete, puso la punta de este sobre uno de mis delicados glúteos y me presionaba mientras me hablaba, aunque gracias a DIOS no logró cortarme, la presión ejercida por el machete me lastimó el nervio ciático y por unos meses me movía arrastrando la pierna izquierda.
Los hermanos que venían saliendo del templo se turbaron al ver los individuos que me rodeaban, pues el programa evangelistico por esa noche había concluido, la predicadora era mi madre, la señora Rosa Herrera. Escuchaba la voz de una vecina del templo que gritaba…Van a dejar que maten al pastor, sin nadie hacer nada.- Después supe que algunos vecinos habían telefoneado al destacamento de la policía de dicha comunidad “Aun los están esperando”. Cada vez que el joven me daba una indicación para que yo la dijera a las personas que intentaban acercarse, hacía presión con la punta del machete donde anteriormente les mencioné.
Cuando estamos en situaciones como estas, hacemos conciencia de cuan impotentes somos para enfrentar la sombra de la muerte, cuando está se nos acerca y cuan poco puede hacer el hombre al respecto.
Aunque esa noche era oscura, pues para ese día estaba anunciado un eclipsis lunar y en ese momento no había energía eléctrica, algo que es frecuente en mi país, la verdadera oscuridad la representaba la situación que yo estaba viviendo en ese momento. Viendo mí impotencia y la de los que me rodeaban para enfrentar dicha situación pues era mayor que todos nosotros, decide acudir en oración al mayor de todos, quien está no solo por encima de las sombras de la muerte, sino que incluso de la misma muerte. Su nombre es JEHOVA.
Levante los ojos al cielo y elevé una oración inédita: “DIOS tú vas a dejar que estos tigrees [delincuentes], me corten frente a tu iglesia, yo haciendo tu obra”. Antes de decir amén o en el nombre de JESUS, el que estaba frente a la moto salió corriendo y el que tenía su brazo y machete sobre mí, comenzó a temblar y retirando su brazo y machete, puso la punta de este sobre su propio brazo para cortarse mientras gritaba pidiéndome perdón, tomé su brazo en el cual tenía el machete con la intención de herirse y le hablé con firmeza, tranquilo…tranquilo… no te hagas mal, eso no es necesario, pues mi DIOS está aquí, y no quiere derramamiento de sangre en este lugar. Me entregó el machete y…mañana te concluyo lo que pasó después.
Apreciados, DIOS es real y su protección está sobre nosotros. Si hoy estas pasando por situaciones sombrías y sientes como si ante ti, en son de burla danza la muerte y su rostro te infunde temor, recuerda que si JEHOVA es tu pastor, aunque estés transitando por valle sombrío donde solo se divisa la muerte, no hay porque temer, porque tu pastor JEHOVA está contigo. Vive hoy confiado y confiada y libre del temor a la muerte, pues tu pastor que es vida, tiene cuidado de ti, y NADA A TI TE FALTARÁ pues tienes a JEHOVA.